El problema que aún no hemos podido superar es el del mestizaje y aunque Arguedas haya hablado y plasmado sus ideas en sus obras, hay varios temas olvidados, pero hay uno central que atraviesa tanto el universo literario como el político-social y es el tema del mestizaje
El notable crítico literario y profesor universitario Alberto Escobar (olvidado por los actuales estudiosos de la literatura y especialmente en su visión y postura sobre Arguedas), en un trabajo que se editó en 1981, titulado “Arguedas, el desmitificador del indio y del rito indigenista”), en ese texto se rescata la posición nítida de Arguedas sobre el problema del mestizaje, tanto en lo literario como en la sociedad peruana.
Resumiendo tal postura: Arguedas planteaba que el problema del mestizaje tiene una historia y un desarrollo. La historia es desde la propia conquista española y su visión virreinal y colonial del indio y de la sociedad, cuestión que todavía perdura en la variada literatura peruana y en el plano político, social y moral del país.
La mayor parte de los críticos literarios y escritores han pisado pero no han pasado la raya del término “mestizaje” y se han quedado allí sin proseguir en su enfrentamiento con el otro mundo. Lo mismo sucede con los políticos actuales. Por eso, ahora se puede saber porque los que se llamaron en un tiempo “socialistas” ahora son “nacionalistas”.
Sin embargo, José María Arguedas, al que tanto se cita y recuerda por literatos y políticos en la actualidad, si planteó la solución a este problema central. La obra que escribió Arguedas , Todas las sangres. Cada página que concluía era un retrato de lo que significa la desigualdad. Una porción del dolor del auténtico peruano maltratado. Sentía voces lanzadas con ferocidad, y aves, quejidos como toda respuesta. De las páginas del libro salían los indios heridos, sus mujeres violadas, los niños sin alfabeto y trabajando desde que tenían uso de razón. ¿Y quién tiene la culpa? ¿Y quién queda indiferente ante ese cuadro? ¿Y quién manda y se adueña de todo?
Uno piensa cuando termina la lectura de Todas las sangres, ¿Arguedas estuvo presente en ese mundo? ¿Arguedas los vio sufrir? ¿Arguedas supo quién tiene la culpa?¿Acaso Arguedas sufrió lo mismo que ellos?Arguedas vive, ha vivido, vivirá a través de su obra, defendiendo a esos otros peruanos humillados. Demostrando la insolidaridad de muchos y clamando por la igualdad, por los mismos derechos para todos.
Y si nos ponemos a leer todas su obras como: Los ríos profundos, El zorro de arriba y el zorro de abajo, Agua, entre otros libros en los que Arguedas escribe acerca de la realidad peruana donde nos presenta el dolor y la humillación, uno se pregunta: ¿Y todo va a seguir igual? ¿Y a pesar de esta denuncia emocionada e inteligente, no habrá cambio? ¿Continuará la indiferencia? ¿La sociedad peruana seguirá fragmentada en muchas partes, por culpa de complejos raciales e injusta distribución de la riqueza?”.
Creó que la sociedad en su conjunto que ya no puede seguir soportando todo este clima de injusticia, mentiras y corrupción en que vivimos. Debemos dar un gran salto como al mundo del “socialismo mágico”, como lo llamo Arguedas. Un Mundo que no se sabe por qué misteriosas razones tanto se oculta. Razones nos sobran para sentirnos orgullosos de nuestro mestizaje.
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